El Parque Nacional de Bemaraha se halla situado en la zona oeste de Madagascar, junto a la pequeña ciudad de Bekopaka. Este parque ocupa una extensión de más de 157.710 hectáreas y solo puede ser visitado a pie.
El parque fue inicialmente una Reserva Natural Integral creada en 1927 hasta que el año 1990 fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y pasó a clasificarse como Parque Nacional de Bemaraha. Fue el tercer gran parque nacional de la isla, después de la Montaña de Ambre y el Isalo.
Bemaraha se encuentra en la región de la etnia Sakalava, una de las más numerosas e interesantes de la isla y ofrece un paisaje trufado de cañones, gargantas, grutas, picos de gres de variados colores que van desde el rojo al rosado, pasando por el ocre, macizos calcáreos y granitos esculpidos a través de la Historia por el agua y los vientos.
La diversidad biológica del parque, unido a su espectacular paisaje, lo convierten en visita obligada para todos los viajeros que visitan Madagascar.
Se trata de mesetas pre-jurásicas, llamadas también coloquialmente calizas (antiguos fondos marinos), en realidad formaciones kársticas (denominado paleokars) que datan de más de 20 millones de años , cuando la isla estaba sumergida en su parte noroeste.
Geograficamente, podríamos dividir el Parque Nacional de Bemaraha en tres zonas :
1 – Riveras del río Manambolo o Manambolobe, donde hallamos las gargantas de este río, así como grutas, miradores, zonas boscosas, tumbas « vazimba » y los llamdos Pequeños Tsingy.
2 – Grandes Tsingy, divididos en varias agrupaciones de estas formaciones kársticas en las que destacan las áreas de Ranotsara y Andamozavaky, así coommo una serie de galerías subterráneas y grutas que nos permiten unir ambas zonas del parque en el subsuelo. Los Grandes Tsingys están rodeados de zonas boscosas donde habitan diversas especies de lemures y de sabana.
3 – La zona de Antsavola, donde destacan los circuitos de espeleología.
En definitiva, los Tsingy son una de las maravillas de Madagascar y es un placer irrepetible, admirar estas formaciones geológicas tan antiguas y rodeadas de misterio, en medio de un paisaje espectacular que estremece a ciertas horas del día, sobre todo con la magnífica puesta de sol.
Deslizarse por entre sus galerías pedregosas y atravesar sus interminables laberintos naturales, se convertirá en una experiencia inolvidable para todos los viajeros.
Este parque nacional lo consideramos principal entre los meses de Junio y Octubre, para todos aquellos circuitos que visiten la región de Morondava.
Fuente © IndigoBe Magazine