«El amor que siento por el mundo y su diversidad me ha impulsado a viajar por 86 países, tanto a lugares accesibles y populares, como a algunos de los rincones más impenetrables, fascinantes y remotos del planeta.

A conocer culturas milenarias, convivir con tribus perdidas, y a disfrutar de paisajes que te hacen reflexionar sobre lo insignificante del ser humano frente a una naturaleza de belleza tan bestial.

Trabajo como fotógrafo freelance desde 1992 y, aunque soy licenciado en Arquitectura y he ejercido como tal, llevo volcado en la fotografía la mayor parte de mi vida.

Colaboro con agencias de viajes y corresponsales dando a conocer nuevos destinos, con reportajes y publicidad en redes sociales.

También trabajo con revistas como National Geographic, Rutas del Mundo, Geo, Editorial Sapiens… con artículos sobre muchos de los rincones del planeta que he captado con mi cámara.

He participado en exposiciones como “¡Madrid, Oh cielos!” en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en proyectos de educación e investigación en Ghana para la facultad de Veterinaria de Madrid y trabajos sobre la cultura amazónica de la tribu Kayapó en Brasil.

Me hacen especial ilusión los premios recibidos en concursos internacionales de National Geographic, la Embajada de Corea del Sur en España y el de Casa África: donde conseguí el primer premio gracias a una de mis fotografías favoritas de Madagascar: “La danza malagasy de Matisse”.

DANZA MALAGASY DE MATISSE. © Julio Sacristán
I Premio X Concurso Fotográfico Objetivo África 2019 de Casa África

 

¿Por qué Madagascar?
No me canso de decirlo, Madagascar ofrece de todo: para los amantes de los animales, puedes observar a los lémures, que no existen en ninguna otra parte del mundo, también camaleones únicos, entre otros muchos. Si te gusta la naturaleza y la aventura, recorrer Madagascar viendo todos los tipos de baobabs y los parques nacionales ya vale la pena un viaje.

Aunque para mí el mayor atractivo de este maravilloso país son sus gentes, con costumbres tan diferentes a las nuestras y una diversidad cultural increíble. Y lo mejor de lo mejor, su tremenda amabilidad y esa dulce timidez malgache. Si, además, eres de los que les gusta terminar el viaje en playa, de azul turquesa y aguas transparentes, desde luego, este es tu destino.

 

¿Por qué con Indigo Be?
Queríamos dejarnos mimar, confiar en profesionales que conocieran bien el destino y que comprendieran nuestras necesidades en ese momento.

Además, buscar los mejores consejos según la temporada, mi interés por la fotografía y nuestra forma de entender los viajes. 

En ese momento no lo sabía, pero en el desarrollo del viaje y con las sensaciones que llegamos a España, me di cuenta de que no podríamos haber elegido mejores personas para organizar nuestro viaje.

Julio Sacristán durante su viaje a Madagascar. Fotografía ©Esther Martínez de Prádena

¿Cuál es tu zona preferida de la isla?
Hay todavía muchas zonas que no tengo la suerte de conocer, pero si tuviera que elegir sería la zona de Morondava e Isalo. No pude visitar el Tsingy de Bemaraha, ni la zona norte del país. Ya sabes que siempre hay que dejar algo por ver para tener la excusa de volver. Yo, sin duda, lo haré.

¿Eres amante de….?
La cultura y tradiciones de cada país. Me gusta recorrer los países aprendiendo de sus gentes y costumbres. Regresar a casa un poco más sabio y con la mente más abierta.

¿Un olor?
La vainilla.  

¿Un sabor?
El chocolate de Madagascar 

¿Una celebración peculiar a la que hayas acudido?
Sé que no se puede considerar una celebración en sí, es más el día a día de un pueblo pesquero. Me refiero al traslado de la pesca del día por las mujeres de la etnia Vezo sobre su cabeza, desde la playa de Betania en Morondava cuando baja la marea.

Todos los Derechos Reservados. ©Julio Sacristán

 

¿Tu restaurante preferido? 
No quiero mentir, no recuerdo el nombre concreto de ninguno. Lo que sí recuerdo es que comí fenomenal durante todo el recorrido.

¿Un hotel que destaques?
El “Babuka Lodge” en Tulear, uno de los hoteles más especiales en los que me he alojado. 

¿Una curiosidad de la isla?
Me encantan los gorros típicos de la etnia betsileo. 

¿Una palabra bonita en malgache?
La más usada en nuestro viaje: “Misaotra betsaka” (muchas gracias), también una expresión que a la gente le hace gracia: “mora mora”, algo como: tómatelo con calma, ¡hasta camisetas puedes encontrar!

¿El secreto mejor escondido?
La bondad y amabilidad de su gente.

¿Tu plato malgache preferido?
Un riquísimo pollo con leche de coco. 

¿Playa o parque nacional?
Parque nacional.

¿Una palabra o frase que defina Madagascar?
Un refugio en el Océano. 

Julio Sacristán con el fotógrafo malgache Pierrot Men en su estudio de Fianarantsoa.
Fotografía ©Esther Martínez de Prádena

¿Un libro?
El mío 😉: “Etiopía, un país con alma en el cuerno de África”. Mi debilidad por este continente y un viaje apasionante a Etiopía tuvo como resultado este libro fotográfico del que me siento especialmente orgulloso.

¿Una película?
El último Samurái.

¿Otros destinos que te hayan seducido?
Hay muchos y todos esconden algo. Algunos de ellos no tienen monumentos declarados de interés turístico, sin embargo, solo convivir con sus gentes merece la pena conocerlos.

Te diré algunos lugares que me han dejado huella: 

  • Petra (Jordania)
  • Las mujeres serpiente (Costa de Marfil)
  • Japón (soy un enamorado de este país)
  • Templos de Angkor (Camboya)
  • Siria, teniendo en cuenta que fui en 1992
  • Avistamiento de gorilas de montaña en Ruanda 
  • Auroras boreales en Vesteralen (Noruega) 

Si continúo, no paro…

¿Un consejo para viajar a Madagascar?
Es un país donde la belleza salta a la vista, pero donde la sorpresa y la esencia se encuentra en los pequeños detalles.

Disfruta de lo cotidiano, recórrelo despacio, escucha los sonidos del día y de la noche, habla con los lugareños, relaciónate con ellos todo lo que puedas: su timidez y amabilidad te llenarán el corazón.

Si deseas conocer a Julio Sacristán y disfrutar de sus espectaculares fotografías, haz clic aquí